domingo, septiembre 23, 2007

Haberlos haylos o ¿dónde está Wally?

Quizá os haya comentado en alguna ocasión que un viejo anhelo de la raza humana siempre ha sido el viaje en el tiempo, construir una máquina capaz de transportarnos a otras épocas donde poder cazar dinosaurios, como hacen los protagonistas de El sonido del trueno (A sound of thunder, 2005), visitar el viejo oeste americano, como Marty McFly en Regreso al futuro III (Back to the future part III, 1990) o estudiar la historia de un lugar en la misma fecha que tuvo lugar y que ahora podemos encontrar en los libros de texto, tal y como les ocurre a los viajeros de Timeline (Timeline, 2003) y tantos otros ejemplos diseminados por decenas de películas y relatos. Todos estos ejemplos de viajes en el tiempo tienen en común una característica muy particular: siempre abordan el tema del viaje al pasado. Y ahí está el meollo del asunto que quiero tratar en este artículo. El viaje al pasado presenta una dificultad, digamos “técnica”. Se trata de la paradoja causal. La más famosa se conoce como “paradoja del abuelo”, aunque también puede recibir otras denominaciones. Consiste en lo siguiente: supón que dispones de una máquina del tiempo, que viajas al pasado y que matas cruelmente a tu abuelo materno (con el paterno también sirve) antes de que conozca a vuestra abuela materna. La primera consecuencia es que tu santa madre no habrá nacido y tú no existirás. Pero si no existes, ¿cómo es que has viajado al pasado y asesinado a tu abuelo? Más aún, si no te lo has cargado y has sido capaz de salir del vientre de tu mamá, entonces has podido liquidarlo y otra vez volvemos al principio. Se genera así un círculo vicioso enloquecedor denominado paradoja. Una de las películas más célebres donde se presenta este argumento es Terminator (The terminator, 1984). En un futuro no muy lejano (qué apropiado me ha quedado este trozo de frase) trataré este tema de las paradojas y algunas formas de resolverlas. De momento, quiero centrarme en otro de estos, aparentemente irresolubles, rompecabezas lógicos. No es otro que el problema de la supuesta ausencia de viajeros del tiempo. Si el viaje al pasado es posible, ¿no debería estar el futuro ahí fuera, al igual que la verdad del agente Mulder? Es más, si el futuro existe y se han construido o existen las máquinas del tiempo, ¿dónde están los viajeros del tiempo y por qué no tenemos noticias de ellos?

Esta sencilla y, al mismo tiempo, espeluznante pregunta ha preocupado a los científicos desde los albores de la teoría de la relatividad de Einstein y ha traído de cabeza desde los años 80 al mismísimo Stephen Hawking. Unos han utilizado la falta de evidencias como excusa para negar la posibilidad real del viaje al pasado; en cambio, otros han tratado de encontrar respuestas al interrogante. De entre éstas, voy a contaros 5 que aparecen recopiladas por el profesor Jim Al- Khalili en su estupendo libro Black Holes, Wormholes & Time Machines. Son éstas:

• Posiblemente exista alguna ley física aún no descubierta que prohíbe el viaje al pasado. Esta ley recibe el nombre de “protección cronológica” y su nombre fue propuesto por Stephen Hawking. Puede que la energía necesaria para viajar sea directamente proporcional a la distancia temporal elevada a una potencia grande o siga una ley exponencial o algo similar. Así, sólo se podría viajar a épocas pasadas relativamente recientes y vuestros (al final del post entenderéis por qué he puesto “vuestros” y no “nuestros”) descendientes futuros solamente serían capaces de alcanzar épocas que no llegan a la vuestra (al final del post entenderéis por qué he puesto “vuestra” y no “nuestra”).
• Los trabajos teóricos de Frank J. Tipler acerca de sus famosos cilindros, en los años 70, permiten concluir que una máquina del tiempo artificial sólo puede viajar hasta el instante mismo en que se construyó, nunca más atrás. Esto significa que si fuese construida en el año 2348 y la utilizásemos 20 años después, no seríamos nunca capaces de transportarnos hasta el año 2345, por ejemplo, y mucho menos a vuestra (al final del post entenderéis por qué he puesto “vuestra” y no “nuestra”) época actual. La única solución plausible consistiría en disponer de una máquina del tiempo natural (agujero negro, agujero de gusano o similar) que hubiese existido desde mucho tiempo atrás, pero a lo peor no existe ninguna o no se encuentra cerca de nosotros.
• Quizá existen universos paralelos (este tema también lo abordaré en otro futuro vuestro) y el nuestro, en particular, no haya sido afortunado en ser visitado aún.
• Los viajeros no quieren visitar vuestra época. No me extraña. Hay guerras por todos lados, hambre, enfermedades, culebrones de TV, series interminables como Perdidos, donde no se descubre nada de nada episodio tras episodio, macarras al volante, cambios climáticos sí y cambios climáticos no, ordenadores con Windows Vista, sueldos de 1000 euros que incluyen trabajar fines de semana hasta las 10 de la noche, ufólogos que denuncian a periodistas, peatones que se detienen en pasos de cebra para que pasen los coches, etc, etc, etc. Hay épocas mucho más interesantes, seguro.
• Los viajeros del tiempo están entre nosotros, pero saben pasar desapercibidos.

Existen otras, como la debida al profesor Curt Cutler, quien definió el denominado “horizonte de Cauchy”, una región alrededor de la máquina del tiempo donde ésta funcionaría. Fuera de ella, la máquina es inoperante. Podéis vosotros mismos contribuir a la lista, proponiendo otros motivos o razones para explicar. Se aceptan. Voy a detenerme un poco en la última de ellas. Si estuviesen aquí entre vosotros, ¿cómo los podríais reconocer? Resultarían sospechosos, por ejemplo, por la forma de vestir, como le ocurre a Malcolm McDowell en Los pasajeros del tiempo (Time after time, 1979) que viaja ataviado con traje de la época victoriana persiguiendo nada menos que a Jack el destripador. Los protagonistas de la trilogía de Terminator eluden este detalle viajando siempre en pelota picada. También se les podría reconocer por el lenguaje con el que se comunicasen, ya que las lenguas evolucionan en el tiempo de forma apreciable. Otra forma de descubrirlos podría ser observando su inoperancia con tecnología obsoleta para ellos. Si procediesen de un futuro muy lejano quizá no supiesen de la existencia o el funcionamiento de un ordenador con Windows, un teléfono móvil, un coche con neumáticos, etc. Si tuvieséis que elegir a una persona que conocéis y que podría ser un viajero del tiempo ¿a quién escogeríais? Yo lo tengo claro: Michael Jackson. Suplantó la fisonomía de un afroamericano pequeño, se oculta tras múltiples adaptaciones metamórficas de su cuerpo, en ocasiones se cubre boca y nariz porque se deterioran, como le pasaba a Liam Neeson en Darkman (Darkman, 1990), se protege con un paraguas de la radiación ultravioleta y se oculta en un rancho con niños. ¿Hacen falta más pruebas?

En el estupendo libro Breaking the Time Barrier de Jenny Randles, se cuentan algunos casos de posibles viajeros del tiempo. De la misma autora, esta vez en edición española, os recomiendo Viajando en el tiempo. En él se relatan experiencias recopiladas por esta mujer sobre lo que ella propone pueden haber sido viajes involuntarios en el tiempo. Leedlo con escepticismo, eso siempre. Yo os he advertido, que conste. Yo voy a haceros aquí un brevísimo resumen de algunas de las cosas que en la primera de las dos obras mencionadas se pueden encontrar.

El increíble Nikola Tesla, al que tanto debemos, construyó a finales del siglo XIX en Colorado Springs una enorme torre de 70 metros de altura que estaba coronada por una inmensa esfera de cobre donde se generaban hasta 10 millones de volts. En los alrededores del recinto se observaban toda clase de fenómenos extraños, tales como grifos por los que parecían salir chorros de chispas en lugar de agua, bombillas que resplandecían a 30 metros de distancia, açun a pesar de estar apagadas, caballos electrocutados por sus herraduras, mariposas envueltas en chisporroteos y muchas cosas más. Por cierto, este ambiente aparece reflejado en la reciente película El truco final (The Prestige, 2006). En cierta ocasión, cuando Tesla estaba llevando a cabo un experimento con 3,5 millones de volts fue alcanzado en un hombro por una descarga. Dejó por escrito las sensaciones que había experimentado, como una profunda alteración del sentido del tiempo y lo utilizó para intentar obtener fondos con el fin de financiar la construcción de una máquina del tiempo (algún ejemplo más reciente de lo mismo puede ser el caso del profesor Ronald Mallett). No se conocen más noticias acerca de Tesla y su posible éxito. Otro caso célebre fue el de John Lucas, un estudiante de matemáticas en la década de los 80, que tuvo la brillante idea (pero se quedó tan sólo en eso, una idea) de abrir una cuenta bancaria en la que la gente iría dejando donativos pequeños con la intención de que, gracias a los intereses, en el futuro alguien dispusiese de los fondos requeridos para llevar a cabo la construcción de una máquina del tiempo y se la enviase de vuelta al pasado al mismo Lucas. ¿Cuándo se dio cuenta este muchacho avispado de que su idea no había funcionado? Pues en el mismo momento de abrir la cuenta. En ese justo instante la máquina debería de haberse materializado ante sus ojos, ya que habría sido enviada desde un futuro arbitrariamente lejano. Aún sigue esperando…

Más sorprendentes (y a más de uno le podrán parecer hasta graciosas o incluso ridículas) resultan ser las historias de Steven Gibbs y su resonador hiperdimensional, vendido por Internet al precio absolutamente popular de 360 dólares. Eso sí, el simpático de Steven advertía de la posibilidad de que el artefacto no llegase a funcionar o ,peor aún, que el usuario quedase atrapado irremediablemente en el pasado. Tony Bassett y su bioenergizer (esto suena a conejo de Duracell), ofrecido asimismo a 500 pavos, con garantía de devolución del importe, ya que según afirmaba el inventor, no todas las personas reaccionaban del mismo modo ante la máquina. Pretendía que su invento había sido adquirido por científicos de prestigio de un hospital en Londres, pero que querían permanecer en el anonimato para salvaguardar su imagen. Dejando a un lado el posible tono humorístico, lo que hace sospechar de estos individuos, aparte del precio, es que si alguien consiguiese construir realmente una máquina del tiempo, entonces mantener el secreto sería prácticamente imposible, pues deberían de aparecer sus versiones del futuro por todos lados en el presente. Por supuesto, siempre que no haya ninguna ley física que lo impida.

Otros casos no resultan tan simpáticos. Por ejemplo, el 2 de noviembre del año 2000 empezaron a surgir en una página de Internet mensajes firmados por un tal John Titor, afirmando ser un viajero llegado del año 2036 viajando más rápido que la luz. En 2004, otro individuo que se hacía llamar profesor Opmmur afirmaba provenir de 2039, haber encontrado a Titor en 2034 y que éste había fallecido en 2038 a causa de una gripe. Vadim Chernobrov, del Instituto de Aviación en Moscú, afirma que Albert Einstein formaba parte de los experimentos militares de Estados Unidos y que habían conducido accidentalmente al viaje en el tiempo. Cree que el propio Einstein destruyó la documentación para evitar el uso de la máquina como arma de guerra. ¿No está nada mal la paranoia mental de este pollo, eh? Pero, a ver quién es el guapo que le demuestra lo contrario. Menudo guión que se podría escribir. El mismo Chernobrov afirma haber tenido éxito en la construcción de una máquina del tiempo. Al parecer, ésta consistiría en un conjunto de esferas de distintos tamaños, incluidas unas dentro de las otras (al estilo de las famosas muñecas matrioskas rusas), fabricadas con electroimanes superconductores que funcionarían a temperaturas extremadamente bajas. La esfera más interna sería el habitáculo del pasajero, pero era tan pequeña que sólo tenía unos pocos centímetros de diámetro. Inicialmente, fue capaz de conseguir viajes de medio segundo en una hora, es decir, 12 segundos al día. Posteriormente, en los años 90 logró duplicar este lapso temporal. Fue en este momento cuando decidió enviar pasajeros vivos (al principio sólo había probado con relojes atómicos) tales como insectos y ratones que, por supuesto, fallecieron (siempre falla algo, como con los ovnis y los extraterrestres) y, aunque no hubiera sido así, ¿qué les iba a preguntar a la vuelta? Menos mal que los técnicos del laboratorio tenían pruebas contundentes del éxito del experimento, como náuseas, mareos o ampollas en la piel. Ya sabéis, cuando vuestra chica esté embarazada y se queme en la playa, preguntadle de qué época viene.

Continuando con el amigo Chernobrov, en 1996 presentó sus resultados en un congreso en San Petersburgo (siempre es mejor en casa que en una revista de prestigio, por si acaso no te entienden o te tienen manía). Estaba convencido de que conseguir mayores diferencias temporales era tan sólo cuestión de energía y de disponer de la tecnología precisa. En cierta ocasión, durante uno de los experimentos logró una diferencia temporal de 12 minutos (y dale con los múltiplos de 12), pero ni él mismo entendía cómo había sido posible, pues nunca más fue capaz de conseguirlo. Finalmente, en el año 2003 afirmó haber empleado seres humanos como viajeros. Yo fui uno de ellos y ahora mismo os escribo desde el, para vosotros lejano, 802701. Aquí todo es perfecto: no existen ordenadores con Windows, Apple aún existe y no tiene competencia (yo mismo os escribo desde uno), las series de TV sólo tienen una temporada y el cambio climático es un cuento…

5 comentarios:

Feinstone dijo...

Absolutamente genial!!!
Sin duda me quedo con la idea del estudiante de matemáticas; menuda manera de demostrar la imposibilidad de los viajes al pasado!!!! Es una pasada XDD

Y luego como no el final del post. Y es que estos viajeros del tiempo tienen un humor...

Unknown dijo...

Un tema que fascina enormemente, siempre me ha llamado mucho la atención poder viajar en el tiempo.
Para mi habria demasiadas complicaciones si alguien viajara atrás en el tiempo, no solo el problema de encontrarte contigo mismo o de cambiar algo y que se produzca tal efecto mariposa que a la vuelta a su tiempo estuviera todo cambiado (Es el tema mas abordado por las peliculas, series y libros, un gran ejemplo los simpson o futurama, donde Fry se carga a su abuelo y al ver que no desaparece deduce que no era tal y se termina acostando con su abuela y convirtiendose en su propio abuelo)
Para mi una gran incognita es que si tu viajas atrás en el tiempo, no solo tendrias que cuidar tu vestimenta y forma de hablar, sino que como te moverias por esa época? Un ejemplo, imaginemos que alguien en el sótano de su casa inventa la máquina y viaja 15 años atrás, en ese tiempo aun estaba nuestra peseta, vamos que el amigo pasaria mas hambre que el perro un ciego. Esto era un ejemplo de las complicaciones que supondria para un individuo viajar al pasado, porque hoy en dia quien tiene pesetas en casa?? xDD el tema de viajar al pasado tendria que llevarse a cabo como los viajes espaciales, mediente una empresa que regulase los saltos temporales y te porporcionara todo lo necesario para sobrevivir y no dar el cante durante tus vacaciones, como pasa en el utlimo capitulo de padre de familia de la 4a temporada donde Stewie cree ver a su padre verdadero, pero no resulta ser sino él mismo con 30 y pico tacos.


Si tuviera que elegir una época, sin duda seria el período Edo japonés o sea entre 1603 - 1867.

Unknown dijo...

yo realmente opino que Vadim Chernobrov pudo hacer 1/2 segundo en una hora de operacion con electromagnetismo aunque lo que lo dicho de Albert Einstein solo son mentira.. ya que Albert no construyo una maquina del tiempo por que haber bien dicho que solo para hacer viajes en el tiempo se necesitace la velocidad de la luz lo que es hoy en dia imposible porque todo se carbonizaria porque la velocidad de la luz es totalmente relativa en lo cual se puede aplicar la segunda ley de newton (principio fundamental de la dinamica)que dice La fuerza que actua sobre un cuerpo es directamente proporcional a su aceleración. es decir. que si esta la velocidad de la luz y otra velocidad que es la proporcinariamos nosotros esta actua sobre sobre la otra..y alteraria la aceleracion y se multiplicaria la aceleracion..lo que de decir que la velocidad de la luz es aprocimadamente 300.000km/s y si la alterariamos seria el doble de fuerza y definiece 600.000km/s y por eso ningun alma u objeto no es capas de soportar una aceleracion tan fuerte como de es 600.000km/s.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Lindo final sin duda..viajero.
Seguramemte te interesará lo que te voy a decir:
He escuchado un disco hecho por un musicoterapeuta que es canal..
esto le fue dictado desde la 5 dimensión y contiene un adelanto musical de 1000 años hacia el futuro.
El objetivo del la música es potencializar el agua para cambiar su vibración y tu ADN. Para sanar y programarte inconcientemente en lo que tu quieres ser. (cualidades)

Con gusto me gustaría regalártelo vía mail.
Este es mi mail para quien este ineresado(a).
holographict@hotmail.com
y
ttania86@hotmail.com
Nota: Esto es real y me da gusto poder compartirlo.
-Tania del 2008-