martes, noviembre 06, 2007

"La Cuarta Noche" Capítulo 1

Título: “La cuarta noche”

I. Una carta perdida

Aún se podía percibir el olor a la batalla. Esa mezcla entre sangre, cenizas, sudor y el óxido de las espadas inundaba aún el valle de Alterac. Ya no se oían gritos, ni suplicas ni lamentos. Todo silencio. Un silencio roto solo por el silbido del viento corriendo entre los árboles. La contienda, al menos por aquel día, había cesado.
Tras la espesura de la niebla se distinguía una silueta corpulenta que se hacía camino hasta lo alto de una pequeña colina. Lesch, era el único que había con vida en todo el valle. El joven elfo nocturno había sido un gran combatiente antaño, pero tras la repentina muerte de su prometida, se había sumido en una terrible depresión que había hecho estragos en su forma física y mental. Es por eso que Lesch no estaba en Alterac para combatir; llevaba meses trabajando allí recogiendo los destrozos de las disputas entre Horda y Alianza, dejando el campo despejado para la siguiente batalla.

Y allí estaba el kaldorei, vagando lastimosamente con un saco a sus espaldas cargado de la chatarra que iba recogiendo de entre los cuerpos mutilados. Mientras las cenizas volaban a su alrededor, poco a poco el elfo se hundía más en la nieve. Ya casi había acabado, tenía el saco casi al límite. Se secó la frente y se acercó a los restos de lo que parecía que había sido un humano. Lesch dejo caer el saco y lo abrió…. armadura de placas hecha trizas, una espada rota, un casco mellado…y entre los restos calcinados del humano había una carta.

Dudó durante unos segundos, y luego el elfo cogió la carta. Se limpió sus pobladas cejas de las cenizas que caían como si fuesen verdaderos copos de nieve y desenvolvió la carta.

“Querida Asphodel;

Son mis últimos días en el frente, estas últimas semanas sin ti parecen haber sido años. Te escribo estas líneas antes de iniciar de nuevo la defensa de nuestra torre, en cuanto llegue la noche daré esta carta al mensajero oficial para que te la haga llegar cuanto antes.
Tengo ganas de que esto acabe y volver a tu lado y no separarme de ti nunca más. Pareces haberme hechizado amor mío, en cuanto abandone Alterac y cobre mi paga podremos vivir junto y, casarnos.
Cuídate mucho. Besos.
Siempre tuyo; Astarte “

Por la fría mejilla de Lesch corrió una lágrima. Desde que había aceptado aquel empleo, había trabajado como un autómata; de manera mecánica y sin sentimientos, y por primera vez desde la pérdida de Nyham un escalofrío recorrió su cuerpo. Pudo sentir el dolor de esta tal Asphodel, esperando y esperando a su amado…e incluso pudo oír en su propia cabeza el último grito de Astarte antes de morir.

El atardecer llegaba al Valle de Alterac, y allí permanecía inmóvil el kaldorei, arropado por el inusual silencio del campo de batalla, con el rostro y el cuerpo cubierto por las cenizas, sosteniendo la carta. De nuevo una pareja rota por la guerra….una tragedia más….aquella historia no le era extraña.
Pensó en Asphodel, ¿qué sentiría al enterarse de la noticia? ¿y la carta?
Entonces lo decidió; sería él en persona quien daría la noticia a Asphodel.

1 comentario:

Dawe dijo...

oye, qué tal si me mandas el relato completo; así lo leo durante el autobús... de esta manera se me ocurrirán ideas para asustar a los clientes... :P