lunes, marzo 21, 2005

La Capilla Tremere de Barcelona

Mientras el resto del grupo seguía sus diferentes caminos, Aishane debía reunirse con la regente de la capilla Tremere de la ciudad. Según había informado el príncipe, la vampira con la que debería reunirse estaría esperándola en el “quiosco” del Museo de Cera en las Ramblas. Allí se dirigió, las Ramblas estaban sumergidas en una intranquila oscuridad ya que las luces de las farolas no funcionaban. Desde lejos ya vió una esbelta figura al lado del quiosco del Museo. Cuando se aproximó a ella, la pudo ver algo mejor: era una vampira muy delgada, con el pelo negro corto y recto, y con unas gafas oscuras; la oscuridad hizo que no pudiese ver mejor su rostro pero ya percibía que no era “normal”.
Con una voz quebrada y susurrante ,que casi parecía salir con dificultad de su boca, la extraña dijo “Tú debes de ser Aishane, te estaba esperando...ya me habían hablado de ti...(...)...Mi nombre es Erica y soy la regente de la capilla de Barcelona (...) El príncipe ya me había hablado de ti. Serás aceptada en la capilla. Ese será tu refugio; donde duermas, estudies y te entrenes. (...) Como bien sabrás, la capilla ha de ser un lugar oculto, y su localización solo la deben conocer los de nuestro mismo clan. Confío que sepas guardar el secreto...Nuestro refugio (y centro de estudios) se encuentra en el Museo de Cera, bueno en realidad el Museo no es más que nuestra puerta de entrada a nuestro santuario. Pero tranquila, esta entrada está muy bien escondida, para evitar que cualquiera que entré en el Museo pueda acceder a la capilla. Para entrar dentro del Museo hace falta una llave “especial”; una llave mágica. Esta llave no solo abre la puerta principal del museo, sino que también hace aparecer nuestra puerta hacia el refugio. ¿Entendido? Es sencillo, sin esta llave alguien puede entrar al Museo por el método que sea, por ejemplo forzando la puerta principal, pero NUNCA encontrará la manera de llegar a nosotros. Es una buena medida de seguridad. Cada noche deberás obtener la llave...pero tranquila no te agobies...es muy sencillo obtenerla. Tan solo déjame que te enseñe. Ves este quiosco...si, el que tiene el muñeco de cera dentro simulando al taquillero...Ahora haz lo que yo te ordene...Inclinate sobre la ventanilla y pide “Un pase nocturno para el Museo de Cera, por favor”....adelante...”

1 comentario:

Feinstone dijo...

Aishane había visto muchas demostraciones de los místicos poderes de grandes Tremere, pero lo que había oido aquella noche superaba con creces sus expectativas. Hizo lo que le ordenó Erica y cuando terminó de pedir la entrada al museo, el muñeco de cera tembló y pareció cobrar vida; extendió su brazo y abrió su mano para dejar caer ante ella una vieja llave dorada. Después el muñeco volvió a su posición habitual y a su natural estado de inanimidad. Aishane se quedó de piedra.
“Ahora coge la llave y sígueme, es por aquí en este callejón...lo ves ahora; El Museo de Cera...Sobretodo siempre te has de asegurar que nadie te siga y que nadie te vea. Nuestra puerta oculta está tras unos muñecos que recrean diferentes escenas de penas de muerte; uno en una guillotina, otros en la silla eléctrica...Usa la llave y abre la puerta principal...Muy bien....¿No lo has notado? ¿No percibes algo “especial” ahora en el ambiente? ¿No? Bueno, al final acabarás por percibirlo; es la magia que fluye a través de este lugar, ahora nuestra puerta debe haber aparecido allá donde te he dicho que estaba. Entremos...ah! se me olvidaba! No te preocupes, la llave siempre se evapora cuando se utiliza...Ahora haremos un pequeño tour por el museo para encontrar lo que buscamos. Ante todo no toques nada, ni muevas nada, no hemos de dejar señales de que hemos entrado aquí; sino la gente sospecharía y no solo pondríamos en peligro la Mascarada, sino que también revelaríamos al resto de vampiros nuestro refugio.”
El Museo estaba completamente a oscuras, pero Aishane ya hacía tiempo que gozaba de las ventajas de una visión adaptada a un mundo de tinieblas y podía seguir, aunque con ciertas dificultades, los largos pasos de Erica. Mientras avanzaban en la oscuridad, la siniestra Erica seguía hablando: “Como ya sabrás, la comunidad de una capilla cuidan los unos de los otros. Si uno tiene un problema, los demás deberán ayudarle. Repito, todos cuidamos de todos. Es como un código de honor y de fidelidad a los nuestros....No! Por aquí...muy bien...sígueme...En la capilla vivimos seis vampiros, bueno ahora contigo seremos siete. Todos son aprendices, perdona, sois aprendices. Y yo soy quién debo ayudaros e instruiros, aunque prima mucho aquí el aprendizaje autónomo. Ya te presentaré a tus cinco compañeros más adelante...”
Al fin llegaron, y como prometió Erica, tras los muñecos de cera había una extraña puerta de madera. Entraron y les condujó a una estrecha pero interminable escalera de caracol. Ahora había algo más de luz gracias a las lámparas de pared. Aún así, Erica iba por delante y Aishane no pudo verle realmente el rostro (Aishane quería averiguar que era lo que verdaderamente le inquietaba del rostro de Erica). Minutos más tarde llegaron al final de la escalera, y allí otra puerta. Cuando cruzaron la última puerta, llegaron a una gran sala, con grandes estanterías repletas de libros, de esta sala partían decenas de pasadizos hacia otras habitaciones...incluso podía ver como al final de uno de los pasillos que nacían en aquel gran recibidor llevaba a unas escaleras que descendían. Todo estaba elegantemente decorado, con grandes lámparas que colgaban del techo y imponentes cuadros clásicos. A Aishane le parecía que aquello debía de ser inmenso, nada que ver con su antigua capilla. Cuando recobró el sentido, cayó en la cuenta de que ahora seria una oportunidad ideal de verle el rostro a Erica...y se horrorizó al ver un rostro extremadamente pálido (incluso para un vampiro) y delgado...parecía estar consumida por una enfermedad....incluso se le podían ver algunas venas a través de la piel de su cara...Rápidamente apartó la mirada de la cara de Erica...pero no pudo evitar preguntarle a Erica que era lo que le sucedía que “parecía estar enferma”. “No te preocupes bonita, este es mi aspecto natural, no me pasa nada...Ahora te enseñaré un poco todo esto y te presentaré a tus cinco compañeros; son cuatro chicos más o menos de tu misma edad (edad aparente me refiero) y una muchacha que fue Abrazada a la tierna edad de los 17 años...Por cierto, sé que esto es muy grande pero pese a ello tenemos escasez de habitaciones, tendrás que compartirla con uno de los chicos, Gabriel; aunque te tengo que advertir que es algo raro, excéntrico y reservado, incluso para un Tremere. Me alegro que forme parte de nuestra pequeña familia y acepta este pequeño consejo que doy a todos mis discípulos: Eres un Tremere, y como tal debes aprovecharte de los demás, incluidos otros vampiros que puedan llamarse “tus compañeros”; no dudes en utilizarlos para conseguir tus objetivos. En eso se basa la filosofía de nuestro clan. Usa a los demás vampiros para tus planes...ellos son débiles y siempre tus objetivos serán más importantes que los suyos...No lo olvides...Aunque solo es un consejo...Sígueme por favor...”